Los hombres-máquina: la revolución totalitaria que se cierne sobre Occidente

Leido en Actuall, 11 de junio de 2017

No es ciencia ficción sino una amenaza real que tratan de imponer políticos y corporaciones: el transhumanismo. El activista francés Tugdual Derville desmonta esa ideología en su libro El tiempo del hombre, y habla sobre ello en una entrevista.

Escritor y activista, presidente de la asociación Alliance Vita, que acompaña a las mujeres que han abortado, Tugdual Derville es uno de los grandes líderes de la revolución familiar francesa.
Antiguo portavoz de La Manif pour Tous, acaba de publicar un libro que advierte de la seria amenaza de los hombres-máquina y reivindica lo que él llama la ecología humana : se trata de El tiempo del hombre (Por una revolución de la ecología humana).

Robocop fue uno de los ciborgs más reconocidos del cine de los años 80 del siglo XX.Robocop fue uno de los ciborgs más reconocidos del cine de los años 80 del siglo XX.

En una entrevista con FigaroVox explica aquel peligro que amenaza a Occidente y la forma de conjurarlo. Extractamos algunos fragmentos significativos.

El  Consejo  de Estado de España ha autorizado la transferencia de esperma del esposo difunto a su  mujer para una inseminación post-mortem. En nombre del respeto a su proyecto de concepción de un niño. ¿Qué le parece?

Es otra muestra de ruptura antropológica que confirma la alerta que lanza “El tiempo del Hombre”.  Desde el momento en que se traspasan los tres límites inherentes a la humanidad, el cuerpo sexuado, el tiempo medido y la muerte inevitable, se está abocado a la locura.

En este caso se exige concebir a un niño ya huérfano de padre. Así es como nuestra sociedad bascula hacia el poder absoluto. Demoliendo los muros de carga de nuestra humanidad, siempre a costa de los más débiles. El pretexto en esta ocasión es el sufrimiento de una mujer que ha perdido a su marido.

Sin embargo, y ésta es mi experiencia acompañando a muchas personas en duelo, es que sólo  la aceptación permite alcanzar el verdadero consuelo. Engendrar niños a partir de los muertos sitúa a la humanidad en una era de confusión genealógica”.

Ante lo que Derville calfica de “tiranía de lo posible” que genera una sociedad atomizada, de individuos sin rumbo, sin raíces propone una ecología humana.

¿En qué consiste esta? Así lo explica en la entrevista:

“La ecología humana busca la protección de “todo el hombre y de todos los hombres”: es decir, del hombre en todas  sus dimensiones y de los hombres en su diversidad, de los más fuertes a los más débiles. Se trata de un humanismo integral . Su ámbito de aplicación se extiende a todas las actividades humanas, de la agricultura a la cultura, uniéndolas en un sólo objetivo: servir al hombre.

Nadie debe ser tratado como un objeto, ni como una variable de ajuste. La ecología humana es el desafío del milenio porque el hombre ha conseguido actuar sobre la vida.

El embrión transgénico no está lejos. La responsabilidad de la humanidad ya no es sólo legar a las generaciones futuras un planeta habitable; tenemos que transmitir a los hombres de mañana los referentes antropológicos y “genéticos” de los que todos nosotros nos hemos beneficiado”.

Todo eso implica la amenaza de autodestrucción contra la humanidad, como explica el autor.

“Se trata de una urgencia antropológica porque la naturaleza humana amenaza con autodestruirse.

(…) Las personas portadoras de alguna minusvalía, consideradas una fuente de desgracias, sufren una exclusión antes del nacimiento destinada a encontrar la paz. En realidad, se trata de una guerra permanente declarada a los más débiles.

Tras haber seleccionado a los hombres mediante la eugenesia, los cientifistas sueñan con sacar al hombre de su condición mediante el transhumanismo.

Piensan que el hombre debe, cueste lo que cueste, escapar de su condición  humana, tanto de su parte de fragilidad como de los límites que le frustran. Es el nuevo fantasma prometéico”.

“Llegar a un hombre todopoderoso, un hombre-Dios sería una deshumanización en masa, porque la vulnerabilidad es una condición de humanidad”

Sería necesario llegar a un hombre todopoderoso, un hombre-Dios. Y esto  sería una deshumanización en masa, porque la vulnerabilidad es una condición de humanidad.

Estamos en un escenario totalitario, próximo a “Un mundo feliz”. Abandonada a la técnica, la estatalización de la maternidad sería liberticida. La pretensión transhumanista es además extremadamente elitista: este pretendido progreso estaría reservado a las sociedades opulentas. Los pobres se quedarían atrás.

(…)

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